Pero el ingrediente más dulce es que la autora vive desde hace muchos años en la ciudad de Puerto Madryn, donde las ballenas se instalan en el mar gran parte del año. Allí las visita, las saluda y las escucha desde la orilla de la ciudad; y nos invita a cuidarlas porque son un patrimonio natural y turístico muy importante de la Patagonia.
Así surgió Manínivedryn: la conjunción de las palabras Nínive (ciudad de la antigüedad) y Madryn (ciudad de Puerto Madryn).
En familia, Leticia ha realizado varios viajes en micro desde Puerto Madryn a Buenos Aires, donde las horas se perdían en la ruta que se dibujaba como un hilo interminable. Viajando con sus hijas pequeñas y llevando juguetes y cuentos para entretenerlas durante tan larga trayectoria. Siempre tenía que responder la pregunta insistente de ellas, de tanto en tanto: “Mamá, ¿cuándo llegamos?”. “Falta todavía”. “Bueno, entonces, ¡cuéntanos otro cuento!”.
Hoy, como en esos días, te invita a viajar en un gran colectivo con forma de ballena, lleno de chicos y chicas que disfrutan de la lectura.
Libro ilustrado a todo color
Para niños de 3 a 12 años
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